El caso del croata Rojnica: del escándalo financiero a la libertad inesperada
El 2023 fue un año convulsionado para el mercado financiero argentino. En pleno auge del dólar blue y bajo la gestión económica de Sergio Massa, el Gobierno ordenó una serie de operativos para frenar las maniobras especulativas que presionaban la cotización paralela. Entre los nombres que saltaron al centro del escándalo apareció el de Ivo Esteban Rojnica, conocido como “El Croata”, señalado como uno de los principales operadores del circuito ilegal de divisas. La investigación judicial lo vinculó con una red de lavado de dinero y fuga de capitales que se extendía desde Buenos Aires hasta Uruguay, España y paraísos fiscales del Caribe.
Rojnica fue detenido en octubre de 2023 tras el allanamiento de la financiera Nimbus Group, ubicada en pleno microcentro porteño. El procedimiento estuvo a cargo del juez federal Federico Villena y fue acompañado por efectivos de la Policía Federal y la Aduana. Según el expediente, Nimbus actuaba como una “cueva” de grandes dimensiones: allí se cambiaban dólares de origen no declarado y se canalizaban al exterior a través de una compleja red de empresas pantalla. La Justicia hablaba de operaciones por cientos de millones de dólares, trianguladas con sociedades en Paraguay, España y Uruguay. El caso generó un fuerte impacto político, no solo por el volumen de dinero implicado, sino porque se lo vinculó con la suba artificial del dólar blue durante la campaña electoral.
Villena procesó a Rojnica por lavado de activos agravado y asociación ilícita, y le dictó prisión preventiva con un embargo de cien mil millones de pesos. Sin embargo, la causa pronto cambiaría de rumbo. A fines de 2023, el expediente pasó al juzgado federal de Marcelo Martínez de Giorgi, quien terminó revisando las pruebas y otorgándole la libertad por falta de fundamentos suficientes. La Cámara Federal había declarado nulas varias de las escuchas telefónicas y allanamientos realizados desde 2022, debilitando la base probatoria que sostenía la acusación. Con la anulación de esas medidas, el procesamiento quedó sin efecto y “El Croata” fue excarcelado en diciembre de ese año, primero en libertad y luego bajo arresto domiciliario.
La intervención de Martínez de Giorgi no fue menor. Este magistrado ha tenido a su cargo algunas de las causas más sensibles de los últimos años, como tramos del escándalo Odebrecht y el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, investigaciones sobre extorsiones y presuntos pagos ilícitos en organismos públicos, e incluso recientes expedientes sobre irregularidades en la Agencia Nacional de Discapacidad. Su despacho suele estar asociado a procesos complejos donde confluyen intereses políticos, empresariales y financieros, lo que hace que cada decisión suya sea seguida con atención por distintos sectores.
La revisión de la causa Rojnica también pasó por los despachos de la Cámara Federal de Casación Penal, máxima instancia penal del país. En 2025 esa Cámara está presidida por Daniel Petrone y cuenta entre sus vocales a magistrados de peso como Diego Barroetaveña, Ángela Ledesma, Carlos Mahiques, Mariano Borinsky, Alejandro Slokar y Juan Carlos Gemignani, entre otros. Son estos jueces quienes revisan los fallos de los tribunales inferiores y deciden la validez o nulidad de las medidas de prueba. En el caso Rojnica, la Casación confirmó las observaciones sobre las irregularidades procedimentales y devolvió el expediente para que se rehaga la instrucción.
A dos años del inicio del escándalo, el balance es paradójico. Pese a las evidencias de una estructura financiera transnacional y las declaraciones de funcionarios que lo acusaban de ser un actor clave en la manipulación del dólar paralelo, Ivo Rojnica no fue condenado. El entramado judicial que comenzó con allanamientos espectaculares y denuncias de lavado terminó deshilachado por nulidades y tecnicismos. La causa continúa abierta, pero con pocas perspectivas de avance firme. Mientras tanto, el llamado “Croata” sigue fuera de prisión, un desenlace que deja al descubierto las grietas de un sistema judicial que muchas veces exhibe más poder de negociación que capacidad de cierre.
El caso Rojnica expone un patrón recurrente en la justicia federal argentina: causas resonantes que nacen con gran impacto mediático, pero que se diluyen en la maraña procesal. La historia del financista croata sintetiza esa lógica: un hombre acusado de manejar el dólar blue desde una oficina de San Martín al 140, que terminó viendo caer una a una las pruebas en su contra hasta recuperar la libertad. Su nombre se convirtió en símbolo de cómo las operaciones financieras ilegales, el poder económico y las fisuras del sistema judicial se entrelazan en la Argentina contemporánea.

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