¿Por qué George Soros apostó contra la libra y ganó más de mil millones en un día?
El Miércoles Negro: cuando un inversor doblegó al Banco de Inglaterra
El 16 de septiembre de 1992 pasó a la historia como el Miércoles Negro, el día en que el financista George Soros ganó más de mil millones de dólares en cuestión de horas apostando contra la libra esterlina. El episodio no solo marcó uno de los movimientos especulativos más notorios del siglo XX, sino que también dejó en evidencia la fragilidad de los sistemas monetarios europeos previos al euro, así como las tensiones entre política económica, mercados financieros y decisiones soberanas.
Este artículo recorre los antecedentes, la estrategia de
Soros, los errores del gobierno británico, el colapso final y las consecuencias
económicas y políticas que siguen resonando hasta hoy.
Los antecedentes: una moneda atada a un sistema que no podía sostener
A comienzos de los años noventa, Europa avanzaba hacia una mayor integración económica. Previo al euro, varios países adoptaron el Mecanismo Europeo de Tipos de Cambio (ERM), cuyo objetivo era evitar oscilaciones bruscas entre sus monedas. Cada divisa debía mantenerse dentro de una banda fija respecto del marco alemán, considerado el ancla de estabilidad del continente.
El Reino Unido ingresó al ERM en 1990. Desde ese momento, la libra debía mantenerse dentro de una franja estrecha respecto al marco. Pero esa decisión política ignoró factores estructurales clave:
1. La economía británica estaba debilitada por una recesión
prolongada.
2. La inflación era más alta que en Alemania.
3. Las tasas alemanas subían debido a los costos de la
reunificación, presionando a toda Europa.
4. El valor de la libra dentro del ERM era artificialmente alto según la mayoría de los analistas.
Esto significaba que el Banco de Inglaterra debía intervenir
constantemente para sostener el precio de la libra, aumentando tasas o usando
sus reservas. El mercado lo sabía, y eso creó un escenario ideal para un ataque
especulativo.
George Soros y el Quantum Fund: la lectura estratégica del momento
George Soros, al frente del Quantum Fund, analizó la situación y concluyó que la libra estaba sobrevalorada y que el Reino Unido no podría defenderla indefinidamente dentro del ERM. Su razonamiento seguía una lógica simple pero contundente: si la economía británica estaba débil, sostener artificialmente una moneda fuerte era insostenible.
Desde comienzos de 1992, Soros comenzó a construir una posición masiva contra la libra. El mecanismo era el clásico en estos casos: pedir prestadas enormes cantidades de libras, venderlas a su precio actual y esperar la inevitable devaluación. Una vez que la moneda cayera, solo debía recomprar las libras a un precio mucho menor, devolverlas y quedarse con la diferencia.
La magnitud de la operación fue inédita. El Quantum Fund
llegó a acumular posiciones en corto por más de 10.000 millones de libras. La
apuesta era arriesgada: si el Banco de Inglaterra hubiese logrado defender la
moneda, Soros habría sufrido pérdidas colosales. Pero todos los elementos
indicaban que la libra no resistiría.
El 16 de septiembre de 1992: el ataque que desbordó al Banco de Inglaterra
El Miércoles Negro comenzó con calma, pero pronto se transformó en una batalla feroz entre el mercado global y las autoridades británicas.
A las primeras horas del día, Soros y otros fondos comenzaron a vender libras en cantidades masivas. El Banco de Inglaterra, por su parte, parecía subestimar la magnitud del ataque. Sin embargo, a medida que avanzaba la jornada, el volumen de ventas se volvió abrumador.
El Banco reaccionó de dos maneras:
1. Compró miles de millones en libras para sostener su
precio.
2. Subió la tasa de interés al 12 %.
Cuando esto no funcionó, anunció que subiría la tasa al 15 % en un intento desesperado por frenar la sangría. Pero ni siquiera eso detuvo las ventas. Los mercados sabían que el daño ya estaba hecho y que los esfuerzos británicos no eran sostenibles.
Para la tarde, el gobierno de John Major había agotado
prácticamente todas sus cartas. El costo de defender la moneda superaba
cualquier beneficio posible. Finalmente, el Reino Unido anunció que abandonaba
el ERM y que la libra flotaría libremente. El resultado fue una caída cercana
al 15 % en los días siguientes.
Las ganancias de Soros: un golpe maestro en el mercado global
Cuando la libra cayó, Soros recompró las enormes cantidades que había vendido a un precio significativamente menor. Las estimaciones más aceptadas sitúan su ganancia en más de mil millones de dólares en un solo día. Algunos cálculos elevan esa cifra a alrededor de 1.500 millones si se toma en cuenta el rendimiento total del Quantum Fund durante ese período.
Este episodio le valió el apodo de el hombre que quebró al
Banco de Inglaterra, una frase que él mismo nunca promovió, pero que los medios
adoptaron con gusto. Más que una proeza personal, el movimiento fue una
demostración del poder que los fondos de inversión habían adquirido sobre los
mercados globales, incluso frente a instituciones estatales históricas.
Consecuencias para el Reino Unido: crisis, costos y lecciones
El gobierno británico perdió alrededor de 3.300 millones de libras en el intento fallido por sostener el tipo de cambio. El costo político fue enorme: debilitó al Partido Conservador, dejó en evidencia errores de cálculo en la política europea y alimentó un escepticismo duradero hacia los mecanismos comunes de integración monetaria.
Paradójicamente, la salida del ERM terminó beneficiando a la
economía británica. La devaluación permitió recuperar competitividad y liberar
la política monetaria, lo que revitalizó ciertos sectores productivos. Sin
embargo, el daño reputacional del Miércoles Negro acompañó al gobierno
conservador durante años.
Consecuencias para Europa y para los mercados
El Miércoles Negro también dejó en claro los límites de los sistemas cambiarios rígidos en un mundo de capitales globales que se mueven a velocidades sin precedentes. El episodio influyó en las discusiones que llevarían a la creación del euro, con la conciencia de que las monedas sin respaldo político sólido pueden ser vulnerables.
Además, la figura de Soros se volvió objeto de admiración y
controversia. Su éxito lo convirtió en un símbolo del poder financiero global,
pero también en blanco de críticas, teorías conspirativas y campañas de
desprestigio, especialmente en sectores políticos que lo ven como una figura
con enorme influencia geopolítica.
Reflexión final: una lección sobre poder, mercados y decisiones políticas
El Miércoles Negro no fue simplemente un acto de especulación. Fue la consecuencia de decisiones políticas que ignoraron señales económicas claras, una demostración del poder de los grandes fondos y un recordatorio de que ningún Estado, por fuerte que sea, puede desafiar indefinidamente las fuerzas del mercado cuando la dirección estructural es contraria.
Soros no actuó solo: fue la punta de lanza de una presión que venía gestándose desde meses. Pero su lectura del contexto, la velocidad de acción y la magnitud de su apuesta colocaron su nombre en un lugar único de la historia financiera.
Treinta años después, el Miércoles Negro sigue siendo
estudiado por economistas, estrategas financieros y analistas geopolíticos como
un caso clave para entender la interacción entre mercados globales,
instituciones estatales y decisiones políticas de alto riesgo.
Fuentes
• BBC Mundo – El día en que Soros “quebró” al Banco de
Inglaterra
• El País – Cómo Soros ganó mil millones apostando contra la
libra
• La Vanguardia – 30 años del Miércoles Negro
• Expansión – Historia del ERM y la crisis de la libra
• Cinco Días – Soros y la especulación contra la libra
esterlina

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