¿Qué es realmente la Maccabee Task Force?

 

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El ecosistema pro-Israel en Estados Unidos: una arquitectura de poder complementaria

En la política estadounidense existe un entramado de organizaciones, donantes, grupos culturales y redes religiosas que articulan apoyo a Israel desde distintos frentes. No se trata de un bloque monolítico ni de un único centro de decisiones, sino de una arquitectura compleja donde cada actor ocupa un rol estratégico. Este ecosistema combina financiamiento, lobby legislativo, influencia cultural y movilización social. En Estados Unidos estas dinámicas tienen impacto directo en la política exterior, en el debate interno y en la construcción de narrativas geopolíticas. Comprender cómo funciona este entramado es fundamental para analizar la continuidad del vínculo entre Washington e Israel.


La capa del dinero: grandes donantes

En la cúspide del sistema se encuentran los grandes financiadores, y en particular Miriam Adelson, heredera del imperio creado por su esposo Sheldon Adelson. Su rol no responde a la lógica de una organización estructurada, sino a la figura del mecenas político capaz de articular recursos hacia múltiples frentes. Miriam Adelson influye simultáneamente en campañas electorales nacionales, en el sostenimiento de organizaciones pro-Israel, en la financiación de programas educativos y en espacios culturales y mediáticos tanto en Estados Unidos como en Israel.

Su apoyo económico alcanza a estructuras como la Maccabee Task Force, a super PACs que respaldan a candidatos alineados con su visión geopolítica, y a instituciones y medios israelíes que refuerzan una lectura estratégica del conflicto en Medio Oriente. En términos prácticos, es la columna vertebral financiera del sector conservador pro-Israel.


La capa del lobby directo: AIPAC

AIPAC representa el núcleo del lobby institucional hacia el Congreso y el sistema político federal de Estados Unidos. Su fuerza radica en convertir los recursos económicos y las redes de contactos en poder legislativo concreto. AIPAC trabaja en la redacción de resoluciones, en el seguimiento de votos clave, en la organización de conferencias de alto nivel y en el financiamiento electoral mediante PACs alineados. Su estructura profesional y su presencia permanente en el Capitolio hacen que sea el actor más visible y más influyente en el plano formal.

Aunque no necesariamente destina grandes sumas a campañas presidenciales, sí coordina redes, genera presión política, y marca líneas rojas claras sobre la ayuda militar a Israel y la relación estratégica bilateral. En este sentido, actúa como el eje institucional del ecosistema pro-Israel.


La capa cultural y universitaria: Maccabee Task Force

La Maccabee Task Force opera en un terreno donde AIPAC tiene menor presencia: la batalla cultural, especialmente en las universidades. Su objetivo declarado es combatir el movimiento BDS (ver artículo en EL TABLERO GEOPOLÍTICO) y generar condiciones favorables para Israel entre la juventud estudiantil, que en Estados Unidos suele ser un espacio de contestación política y activismo diverso.

Sus métodos combinan financiamiento a organizaciones estudiantiles, producción de material formativo, monitoreo de campus, apoyo a conferencias y viajes a Israel para líderes universitarios. A diferencia del lobby clásico, su intervención es estratégica, especializada y orientada al largo plazo. Trabaja en la dimensión generacional, moldando futuros periodistas, académicos, diplomáticos y actores políticos. Es, en efecto, una fuerza de influencia cultural y formativa.


La capa comunicacional: StandWithUs

StandWithUs es el brazo comunicacional del ecosistema. Se especializa en campañas públicas, materiales divulgativos, videos, narrativas simples y de alto impacto. Su campo de acción es la opinión pública, especialmente la que circula en redes sociales. También ofrece apoyo legal a estudiantes pro-Israel y organiza actividades educativas.

No busca influir directamente en el Congreso ni formar élites políticas, sino disputar el relato, intervenir rápidamente en coyunturas sensibles y contener la expansión de discursos críticos a Israel. Su función es sostener la imagen pública del país en el espacio mediático contemporáneo, donde la viralidad y la emocionalidad son elementos determinantes.


La capa religiosa-política: CUFI

Christians United for Israel (CUFI) representa el componente religioso y masivo del ecosistema. Con millones de miembros, es uno de los grupos pro-Israel más grandes del país y se apoya en el cristianismo evangélico conservador. Su fuerza reside en su capacidad de movilizar votantes, presionar a congresistas en estados clave y definir posiciones políticas desde una lectura teológica que vincula directamente la seguridad de Israel con un mandato religioso.

CUFI es una pieza clave en la articulación entre la política exterior estadounidense, la derecha cultural y el electorado evangélico. Su apoyo es fundamental para candidatos republicanos comprometidos con agendas de política exterior alineadas con Israel.


Un ecosistema complementario

Estos actores no compiten; se complementan. La fuerza del ecosistema pro-Israel radica justamente en la distribución de funciones. Los grandes donantes, como Miriam Adelson, aportan los recursos. AIPAC los convierte en influencia institucional. La Maccabee Task Force trabaja en la formación cultural de largo plazo. StandWithUs disputa la narrativa inmediata. CUFI moviliza a sectores religiosos y electorales.

El resultado es un entramado sólido, diversificado y articulado, capaz de ejercer influencia simultáneamente en el Congreso, en las universidades, en los medios, en las redes sociales y en la base electoral republicana. Su cohesión explica por qué la política estadounidense hacia Israel mantiene continuidad sin importar el signo del gobierno de turno. Es un sistema que distribuye sus funciones, se renueva generacionalmente y posee capacidad de adaptación a las coyunturas geopolíticas.

Este ecosistema es, en definitiva, una arquitectura de poder que muestra cómo se entrelazan intereses estratégicos, convicciones religiosas, recursos económicos y narrativas culturales en la construcción de una agenda pro-Israel profundamente enraizada en la vida política de Estados Unidos.

Fuentes

* Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, Senado de México

* El País

* BBC Mundo

* Agencia EFE

* France 24 en Español


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