Donald Trump entre el Deep State, Medio Oriente y América Latina: de la retirada prometida al control del patio trasero

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Donald Trump y su enfrentamiento inicial con el Deep State

Cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca en 2017 lo hizo con un discurso rupturista. Prometía recuperar empleos para la clase media, frenar la inmigración ilegal y, sobre todo, terminar con las guerras en las que Estados Unidos no tenía nada que ver. 

Desde el inicio de su mandato se mostró enfrentado con lo que él llamaba el establishment de Washington, al que sus seguidores identificaban como el Deep State. 

Ese choque fue tan fuerte que, con el tiempo, incluso desapareció de la escena pública cualquier referencia a esa confrontación, como si hubiera sido silenciada o absorbida por las estructuras del poder permanente en Estados Unidos.

El giro en Medio Oriente y el apoyo ilimitado a Israel

Aunque su discurso inicial era replegarse de los conflictos de Medio Oriente, la realidad fue otra. 

Trump mantuvo una presencia activa en la región, con medidas de alto impacto como el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén y el impulso de los Acuerdos de Abraham. Lo más significativo fue su alineamiento incondicional con Israel. Pese a sus críticas a las guerras interminables, terminó respaldando políticas que implicaban una ayuda ilimitada hacia Tel Aviv, incluso a costa del sacrificio económico de los ciudadanos norteamericanos. 

Algunos analistas sostienen que este viraje se debió a la influencia del propio Deep State, que lo habría convencido de que la defensa de Israel debía ser prioritaria, sin importar los costos financieros o políticos.

La deuda y el fracaso del regreso industrial

Otro de los ejes de campaña de Trump fue la promesa de recuperar las industrias estadounidenses frente a la globalización. 

Sin embargo, el proceso resultó mucho más lento de lo anunciado. La deslocalización productiva, los costos internos y la dependencia de cadenas de suministro globales jugaron en contra de ese plan. 

Mientras tanto, la deuda pública de Estados Unidos siguió creciendo de manera alarmante, convirtiéndose en un problema estructural que ni la administración Trump ni sus sucesores lograron controlar. (Ver: https://eltablerogeopolitico.blogspot.com/2025/09/el-circulo-del-poder-detras-del-gasto.html)

El patio trasero y el caso Venezuela

Al ver limitadas sus posibilidades de redefinir la política global, Trump decidió reforzar el control sobre América Latina. 

En su lógica, el llamado “patio trasero” debía garantizar seguridad energética y política a Estados Unidos. 

Venezuela fue el caso más emblemático. Trump buscó desplazar a Nicolás Maduro, utilizando como herramienta a Juan Guaidó y aplicando sanciones financieras y comerciales. El trasfondo era claro: asegurar el acceso al petróleo venezolano y reemplazar a un adversario por un gobierno afín, un “títere” en la visión de Washington. (Ver: https://eltablerogeopolitico.blogspot.com/2025/10/venezuela-y-estados-unidos-como-seria.html)

Sin embargo, la estrategia no logró resultados definitivos, dejando una herida abierta en la política exterior de Estados Unidos hacia la región.

Continuidad con Biden y la estrategia de Washington

El final del mandato de Trump dejó en claro que, más allá de los estilos personales y los discursos de campaña, las líneas centrales de la política exterior de Estados Unidos tienden a mantenerse. 

Joe Biden asumió con un discurso de restauración del multilateralismo y las alianzas tradicionales, pero en la práctica reforzó el apoyo irrestricto a Israel, aumentó la presión sobre Rusia y mantuvo las sanciones contra Venezuela y Cuba. 

Esto revela que, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca, las prioridades estratégicas de Washington —el control del “patio trasero”, la defensa de Israel y la competencia global con Rusia y China— siguen marcadas por la inercia de lo que algunos llaman el Deep State. 

En este sentido, Trump no rompió con el sistema: terminó integrándose en él, dejando como legado una presidencia que comenzó con promesas de cambio y terminó reflejando las continuidades históricas de la política exterior norteamericana.

Fuentes

El País: “Trump y el traslado de la embajada a Jerusalén”

BBC Mundo: “Quién es el Deep State al que Trump acusa de sabotearlo”

El Diario: “El fracaso del plan de Guaidó apoyado por Trump contra Maduro”

Clarín: “La deuda de Estados Unidos sigue creciendo bajo Trump”


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